El rock and roll es la única religión que jamás te fallará. Esta frase solía decirla Lemmy Kilmister al final de Killed by death en sus conciertos. Creo en eso. A pie juntillas.
Y sí, Lemmy se nos fue el 28 de diciembre, Killed by death, Born to lose, lived to win, nacido para perder, vivió para ganar. Muchos se quedarán en la tetralogía de Jack Daniels con Coca Cola, cigarrillos, speed y strippers, pero Lemmy fue mucho más que eso. Ante todo fue un hombre honesto, fiel a sus principios y a su gente hasta el final.
En la película Lemmy basada en su vida, todavía le dolía recordar cómo lo dejaron tirado el resto de Hawkwind en mitad de una gira con sus 3 bajos y el resto de equipaje. Luego se vengó tirándose a 2 de las novias de los componentes del grupo, pero él comentaba que no los habría dejado, JAMÁS.
En el fondo los fans se lo agradecemos, gracias a ello formó Motörhead tomando el nombre de la canción que había escrito para ellos, término que en jerga significa adicto al speed.
Bajo ese aspecto de John Wayne del rock and roll, se escondía un tipo culto, leído, amante de la historia, coleccionista de objetos de la segunda guerra mundial y devoto del rock and roll primitivo de Little Richard (el mejor cantante de rock and roll que ha habido jamás según él) y de los Beatles, a quienes consideraba los tipos realmente duros en los primeros 60 a pesar de que la fama la llevaran los Stones.
Su autobiografía la empieza diciendo «Este libro está dedicado a Susan Bennett, que podría haber sido la única«. Ella fue el amor de su vida; murió de sobredosis a los 19 años, razón por la que Lemmy no se casó jamás. Seguimos en las mismas, LEALTAD hasta el final.
La primera vez que vi a Motörhead fue el 31 de octubre de 2002 en Santa Fe (Granada). Apareció en escena totalmente de negro, con su bajo Rickenbaker y nos voló la cabeza la cabeza a todos con ese rock and roll primigenio que te hace sentir jodidamente vivo mientras notas que te arden las tripas, sintiendo una ola de sonido que es como las trompetas de Jericó derribando los muros de lo que es sólo fachada.
Hubo una época en que no había listas por géneros, todo el mundo estaba en una misma lista y con su directo No sleep till Hammersmith llegaron al número 1, aclamados por público y crítica, crítica que meses antes los habían etiquetado como el peor grupo de directo del mundo. Fuck that, comentaba.
No se vende rock and roll como canta el de Carabanchel y lo auténtico se huele como los perros huelen la tormenta.
Su funeral fue retransmitido por internet y acabó como acababan todos sus conciertos, con los Marshall a tope y con su bajo provocando un temporal de acoples sobre los asistentes. Aún resuena en mis oídos.
En estos tiempos desgraciadamente la integridad, la fidelidad a unos principios provoca sonrisas escépticas entre la gente, pero yo duermo tranquilo porque soy de los de Leño y de los de Motörhead.
Bendito seas, Lemmy, donde quiera que estés.
PD: Temas como «Like a nightmare», «Dirty love» o «Too late, too late», son materia de sueños, como todas las caras B de sus singles hasta el 82. Vale la pena descubrirlos.
José León “Zurdo”.
Originalmente, este artículo fue una petición de nuestro amigo Tanano para el programa de radio «Los Perros En El Chill-Out» en Radio Arrebato.
Podéis escuchar el podcast del programa completo: http://www.radioarrebato.net/programas/los-perros-en-el-chill-out/
(Fecha 14 de Enero)
José León, el Zurdo, también se ha currado una selección con sus videos preferidos.
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Nuestro amigo Oriol Malet también ha querido rendir homenaje a Lemmy Kilmister con esta bonita ilustración en versión comiquero-malo-de-western.
